Oración al Siervo de Dios Cardenal Eduardo Pironio

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Cardenal Pironio / Testamento Espiritual

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domingo, 3 de julio de 2016

Recordamos la JMJ de Denver 1993

JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD 
DENVER 1993

CARDENAL PIRONIO 
EN EL IV FORUM INTERNACIONAL DE JÓVENES


El Cardenal Pironio presenta el programa del Forum en realidad detalla el programa de vida que deben llevar los jóvenes de 1993 y de 2016...
Las amenazas para los jóvenes creyentes  son las mismas y los deseos de vivir en Cristo siguen latiendo en los corazones de aquella juventud de Denver y en los jóvenes del siglo XXI.
Reflexionemos junto al Cardenal Pironio camino a #Krakow 2016 

«He venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia» (Jn 10,10)





Este es el tema que nos ha fijado el Santo Padre para la VIII Jornada Mundial de la Juventud. 
Lo hemos reflexionado durante todo un año, lo hemos contemplado, lo hemos compartido. 

Ahora lo volvemos a retomar para profundizarlo desde otra perspectiva más universal -por consiguiente más rica y más completa-: el encuentro mundial en Cristo y con el Papa de jóvenes de todos los países, de diferentes culturas y lenguas, de realidades distintas y a veces contrastantes y contradictorias. 

¿Es verdad que todos los jóvenes aman la Vida y la buscan? 

La experiencia cotidiana nos dice lamentablemente que no. 

¿No se sienten con frecuencia víctimas y protagonistas negativos de una anticultura de la muerte? 

Sin embargo, los jóvenes están llamados a ser el germen de una nueva civilización de la verdad, de la vida y el amor. 

Todo esto nos lleva a una mirada profunda y comunitaria -una mirada de fe- sobre el mundo, la Iglesia, Jesucristo. 

El programa preparado para este IV Forum Internacional prevee sintéticamente lo siguiente: 

una mirada sobre la realidad concreta del mundo, una reflexión bíblico-teológica sobre esta realidad, una opción radical por Cristo «vida nuestra», una experiencia de Iglesia comunidad de vida, un compromiso misionero de inserción en el mundo desde la vida nueva en Jesucristo. 

Por eso la importancia de este Forum que no es simplemente de información, de intercambio de ideas, de estudio, sino fundamentalmente un Forum de profunda renovación, de conversión y de esperanza. 
Es un Forum de jóvenes «delegados», por eso su responsabilidad frente a las Conferencias Episcopales o frente a las Asociaciones, Movimientos y Grupos que representan. Es un Forum de «dirigentes» -adultos o jóvenes-; por eso, la fuerza de su testimonio, la validez de su palabra y la seriedad de su compromiso. Diría que este Forum tiene que ser esencialmente un Forum de gracia, de santidad, de trasparencia. Por lo mismo tiene que ser hecho en profundidad de oración, en alegría de caridad fraterna y en generosidad de disponibilidad para la misión.

Paso ahora a presentar brevemente algunas reflexiones:

1.- «He venido para que tengan Vida y la tengan en abundancia». Jesús dice estas palabras en el contexto de su misión de «Buen Pastor»: «Yo soy la Puerta». «Yo soy el Buen Pastor»: «el buen Pastor da su vida por las ovejas» (cfr. Jn 10,7-16). «Por eso me ama el Padre porque yo doy mi vida para recobrarla. Nadie me la quita, sino que la doy por mí mismo...» (Jn 10, 17-18);

a-  Se trata de la misión de Jesús: «para eso he sido enviado», «este es el mandato que recibí de mi Padre». Recordemos las palabras de Jesús a Nicodemo: «Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga la Vida eterna» (Jn 3,16). 
San Juan, conectando la misión de Jesús con el amor del Padre, nos dice: «Así Dios nos manifestó su amor: envió su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él» (1 Jn 4,9). Esta misión de dar la vida la realiza Jesús por las palabras, los gestos, la entrega de su propia vida en la cruz. «Les aseguro que el que escucha mi palabra y cree en aquel que me ha enviado, tiene Vida eterna» (Jn 5,24); «las palabras que les dije son Espíritu y Vida» (Jn 6,63). 



Jesucristo mismo es la Palabra que «estaba junto a Dios y era Dios... En ella estaba la vida y la vida era luz de los hombres... Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros» (cfr. Jn 1,1-14). Jesús fue enviado por el Padre para que tuviéramos vida; por eso «recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente» (Mt 4,23). 
Las palabras y los gestos de Jesús se refieren directamente a la Vida: las enseñanzas del Reino, la curación de los enfermos y la resurrección de los muertos manifiestan que Jesús ha sido enviado para comunicarnos la Vida. «Yo soy la Resurrección y la Vida, el que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás» (Jn 11,25-26), responde Jesús a la dolorosa experiencia de las hermanas de Lázaro: «Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto» (Jn 11,21 y 32). Porque sienten que Jesús es la Vida: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14,6). «Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la Vida» (Jn 8,12). Pero Jesús no sólo nos enseña que El es la Vida y nos da vida, sino que nos entrega su propia vida en la cruz («No hay amor más grande que dar la vida por los amigos», Jn 15,13) y en la Eucaristía: «El pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo» (Jn 6,51).  «El Padre me ama porque yo doy mi vida» (Jn 10,17).

b- A la luz de la misión de Jesús (el enviado del Padre para dar la Vida) se esclarece la nuestra: hemos sido elegidos para comunicar la Vida. 
«No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero» (Jn 16,16). Es el modo y la urgencia para ser discípulos: «La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos» (Jn 15,8). Pero la condición indispensable es vivir en Cristo: «El que permanece en mí y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí nada pueden hacer» (Jn 15,5). 

Hemos sido convocados hoy por Jesucristo para vivir y comunicar la Vida en medio de un mundo que la desea y la busca, pero no conoce el camino o lo busca entre «los falsos maestros» de la vida. «Porque han aparecido en el mundo muchos falsos profetas» (1 Jn 4,1).

c- Tener la Vida en abundancia y comunicarla es, por eso, hacer una experiencia de Vida en plenitud: vida humana y divina, temporal y eterna, Vida sagrada que se inicia en el seno de la madre, desde el primer momento de su concepción, y debe ser respetada hasta el último momento de la existencia. 

El aborto y la eutanasia son crímenes horrendos contra la vida; como son crímenes contra la vida la droga, el alcohol y el cada día más creciente y preocupante fenómeno del suicidio juvenil. La Vida no se cierra en el ámbito de lo personal y visible, de lo inmediato y terreno, de lo corporal y tangible. 

Vivir es nacer, crecer, desarrollarse; pero vivir es, al mismo tiempo, entender, amar, aprender a darse.