Pironio: presente en nuestros
corazones
OCTUBRE 2005
Fuente: RESEÑA PRENSA EDITORIAL SAN PABLO
El 5 de febrero de 1998, el
Cardenal Eduardo Francisco Pironio, partía a la Casa del Padre desde Roma,
donde había vivido y trabajado los 23 últimos años de su vida.
Ocho años después (2005) su presencia sencilla
y profunda, alegre y esperanzadora se sigue sintiendo en la Ciudad Eterna.
Durante el año pasado se dieron
los primeros pasos de la causa de beatificación en el Vicariato de Roma, con el
aval y el pedido de la Conferencia Episcopal Argentina.
En el mes de octubre se presentó públicamente
el nacimiento de la “Asociación Cardenal Pironio” con el objetivo de acompañar
el proceso iniciado, divulgando el testimonio de su vida y su espiritualidad,
promoviendo un movimiento de oración y de intercesión entre los fieles de todo
el mundo que han conocido su vida, sus obras, y hoy, dan testimonio de su
santidad.
Esta tarde, a pocos metros de la Plaza de San Pedro, muy
cerca del corazón de la Iglesia, y en un lugar especialmente dedicado a la
acogida de la juventud, el “Centro Internacional Juvenil San Lorenzo”, lo
recordamos celebrando la Eucaristía. Una
celebración de acción de gracias al Señor por el regalo que el Cardenal Pironio
ha sido y es para la Iglesia.
Al finalizar la Eucaristía, mientras esperaba
el colectivo para volver a casa, sorprendido por el viento y el frío que han
traído nuevamente el invierno a Roma, se me ocurrió pensar cuánto hace falta la
presencia cálida y constructiva del
Cardenal en estos tiempos eclesiales que nos tocan vivir.
Me preguntaba. ¿Por qué hoy sigue siendo
necesario el testimonio de su vida y su presencia motivadora e intercesora?...
Mons. Renato Boccardo, actual secretario
general del Governatorato de la Ciudad del Vaticano, que trabajó a su lado en
el Pontificio Consejo para los laicos, y que hoy presidió la Eucaristía, nos
decía hace unos meses en la presentación de la Asociación antes mencionada:
“Podemos afirmar que el Cardenal Pironio es un mensaje. Se lo ha visto y se lo
ha escuchado. Ha pronunciado palabras
verdaderas, palabras de un sabio, porque hablaba con el corazón y hablaba al
corazón. Ha sido un líder espiritual que
ha hecho escuela. Con sus pensamientos y sus palabras ha sugerido un camino a
los hombres y a las mujeres de hoy, un camino que sirve para laicos y
religiosos, para obispos y sacerdotes, para jóvenes y adultos. Sin este camino cristiano, y no es necesario
agregar otros adjetivos, muchos de nosotros no seríamos lo que somos.”[1]
El P. José Maria Arnaiz, marianista, hasta
hace un par de meses Secretario General de la Unión de Superiores Generales,
que conoció de cerca al Cardenal y recibió el don de su amistad, ha escrito recientemente: “El Cardenal Eduardo Pironio
fue una visita de Dios para muchas personas y para no pocas comunidades
cristianas y religiosas. Esa visita se
transformó en un momento salvífico. Entró en la casa de muchas vidas. En ellas dejó lo que más tenía: esperanza,
alegría, la presencia de María, la fecundidad de la cruz, la fuerza
trasformadora de la Pascua, el amor fiel a la Iglesia”.[2]
El Cardenal Pironio sigue presente Con su
sonrisa nos sigue trasmitiendo la alegría de la buena noticia del Reino de
Jesús. Y nos llama a ser testigos de la esperanza en el mundo de hoy,
especialmente para los más pobres que siempre estuvieron presentes en su
corazón.
Termino este compartir, con la “oración
oficial” presentada por la Postulación de la Causa de Beatificación, y que
sintetiza claramente su vida, y la
invitación que su memoria hace a nuestras propias vidas:
Dios, Padre nuestro, que has llamado a tu
siervo Eduardo Francisco Pironio a servir a tu Iglesia como sacerdote y obispo confortado
por la materna solicitud de la Virgen María, y lo has hecho alegre anunciador de
la esperanza y de la cruz, concédenos que siguiendo su ejemplo podamos
proclamar y testimoniar nuestra fe con un corazón misericordioso y acogedor y,
por su intercesión, danos la gracia que confiadamente te pedimos.
Por Cristo nuestro Señor. Amén.
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*Religioso marianista, argentino.
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[1] La traducción hecha por el
autor del artículo, el documento completo se puede encontrar en italiano en: [www.azionecattolica.it/FIAC/testimoni/figure_significative/Pironio/inaugurazione]
[2] Revista Vida Religiosa, enero 2006, p.16.
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