El Papa Francisco recuerda al Cardenal Pironio en el marco del 30° aniversario del Foro Internacional de la Acción Católica. El cardenal Pironio fue fundador del foro en 1991.
El Papa Francisco recibe un cuadro del Cardenal Pironio en la JMJ 2019 |
El papa recordó que mirando al momento fundacional del foro:
"no podemos olvidar a un soñador profundo que dio el inicio y el aliento a la creación de este foro; y que hoy goza al verlos celebrando estos 30 años: El cardenal Eduardo Pironio; aquel que con un amor muy grande a la Acción Católica y una confianza plena en su misión dijo: “En el camino de la Acción Católica ha habido luces y sombras, desorientación y cansancio, el temor por ser tal vez superada por los nuevos tiempos y necesidades de la Iglesia. Creo que ahora es el momento providencial del Espíritu para una profunda renovación de su compromiso espiritual, doctrinal, apostólico y misionero. A esto sin duda ayudará la celebración de este Foro que quiere abrir a otros países la fertilidad de una experiencia asociativa muy rica en sus frutos y tan llena de esperanza”.
"Pironio fue un hombre de raíces profundas, de memoria anclada en el dinamismo de la historia como un Kairos, tiempo fuerte de salvación, tiempo de trabajo, prueba, purificación y esperanza. Amó la Acción Católica y creyó en su vocación laical misionera. La Iglesia puede dar testimonio de que la Acción Católica abrió nuevas perspectivas en el campo de la responsabilidad del laico en la Evangelización. Muchos evangelizados y formados por la Acción Católica pusieron verdad, profundidad y Evangelio en ámbitos civiles, muchas veces vedados a la fe. Los santos y beatos laicos de la Acción Católica son una riqueza para la Iglesia. Esos que fueron “los santos de la puerta de al lado” de tantas comunidades".
El texto fue publicado el 26/11/21 en el sitio oficial del vaticano en italiano. La carta es con fecha 9/11 publicada en vatican.va
*** TEXTO COMPLETO DE LA CARTA***
CARTA DEL SANTO PADRE FRANCISCO
EN EL 30 ANIVERSARIO DEL FORO INTERNACIONAL DE ACCIÓN CATÓLICA
Ciudad del Vaticano, 9 de noviembre de 2021
Queridos hermanos:
Esta celebración, que mira hacia un momento fundacional, nos hace inevitablemente mirar hacia el pasado en contemplación agradecida. En ese mirar hacia atrás nos encontrarnos con soñadores que se atrevieron a mirar hacia a adelante con esperanza. Por eso hoy ustedes están aquí.
En esa mirada, no podemos olvidar a un soñador profundo que dio el inicio y el aliento a la creación de este foro; y que hoy goza al verlos celebrando estos 30 años: El cardenal Eduardo Pironio; aquel que con un amor muy grande a la Acción Católica y una confianza plena en su misión dijo: “En el camino de la Acción Católica ha habido luces y sombras, desorientación y cansancio, el temor por ser tal vez superada por los nuevos tiempos y necesidades de la Iglesia. Creo que ahora es el momento providencial del Espíritu para una profunda renovación de su compromiso espiritual, doctrinal, apostólico y misionero. A esto sin duda ayudará la celebración de este Foro que quiere abrir a otros países la fertilidad de una experiencia asociativa muy rica en sus frutos y tan llena de esperanza”.
Pironio fue un hombre de raíces profundas, de memoria anclada en el dinamismo de la historia como un Kairos, tiempo fuerte de salvación, tiempo de trabajo, prueba, purificación y esperanza. Amó la Acción Católica y creyó en su vocación laical misionera. La Iglesia puede dar testimonio de que la Acción Católica abrió nuevas perspectivas en el campo de la responsabilidad del laico en la Evangelización. Muchos evangelizados y formados por la Acción Católica pusieron verdad, profundidad y Evangelio en ámbitos civiles, muchas veces vedados a la fe. Los santos y beatos laicos de la Acción Católica son una riqueza para la Iglesia. Esos que fueron “los santos de la puerta de al lado” de tantas comunidades.
Sin embargo, la historia no es lineal: en el camino de la Acción Católica, como en el de la misma Iglesia, hubo, hay y habrá luces y sombras, momentos de profunda desorientación, de cansancio, de indiferencia, de temor de haber quedado superados por las exigencias de los nuevos tiempos. La gran tentación en los momentos de crisis o dificultad es encerrarse para cuidar lo poco que se tiene, esperando, escondidos y acariciando recuerdos, la llegada de tiempos mejores. La parábola de los talentos es un fiel reflejo de lo que sucede cuando esta tentación se instala y se transforma en un modo de ser, de estar en el mundo viviendo la realidad de una irrealidad.