Oración al Siervo de Dios Cardenal Eduardo Pironio

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UN PASO MÁS CAMINO A LOS ALTARES

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lunes, 6 de febrero de 2012

Aniversario 2012

14° Aniversario de la Pascua del Siervo de Dios Eduardo Cardenal Pironio
Homenaje 2014


  • En Roma Iglesia Nacional Argentina [Celebración del 10° aniversario del Colegio Sacerdotal Argentino en Roma y 14° Aniversario del Fallecimiento del Cardenal Pironio]
  • En Luján 5 de Febrero de 2014


Monseñor Eduardo Lozano, Basílica Nuestra Señora de Luján
Homilía (domingo 5 de febrero 2012) 

Fuentes: Acción Católica Argentina disponible aquí / AICA disponible aquí
Fotos propiedad de Acción Católica Argentina.

"Evangelizar es anunciar la esperanza cerca de los pobres"

de Izq a der: mons. Luis Stöckler, mons. Carlos Malfa, mons. Eduardo Lozano y  mons. Carlos Tissera

Esta página del Evangelio que acabamos de proclamar nos muestra a Jesús
ubicado en distintos lugares —tal vez hoy diríamos escenarios— y desplegando actividades diversas según cada uno de ellos. El Maestro sale de la sinagoga, va a la casa, está en la ciudad, luego, al amanecer, va al campo o desierto, y desde allí a otros pueblos. Las actividades desarrolladas también son variadas: predicar, escuchar/recibir, amar/consolar, comer con los discípulos, descansar, orar, ofrecer al Padre, formar la comunidad apostólica, misionar. Hace un par de semanas lo escuchábamos a Jesús comenzando su ministerio público anunciando la Buena Noticia de la cercanía del Reino de Dios. 
No es casual que como primera lectura hayamos escuchado el Libro de Job que nos presentó una situación de sufrimiento y dolor. 
El hombre vencido, sin esperanza ni sentido, que anhela justamente una presencia salvadora. Job se queja de los “meses vacíos” y “la noche de dolor” (Job 7, 3). “Mi vida es un soplo y mis ojos no verán más la felicidad” (Job 7, 7). Queja que un tango expresa diciendo “la vida es una herida absurda”.



Buena parte de la humanidad recorre hoy noches de dolor. Pueblos enteros de África y América Latina. Comunidades enteras expulsadas de sus tierras. Miremos también a quienes son víctimas del secuestro y la tortura para la explotación sexual. Los que están esclavizados por la droga, el alcohol, la violencia. Las mamás de niños desnutridos. Niños sin infancia. Jóvenes sin sueños. Los que están abandonados o dejados de lado. O quienes aun con su situación económica acomodada, experimentan soledad y angustia.


Cuántos son los que hoy sienten como propias estas palabras expresadas por Job de “noches de dolor” y meses o años vacíos, y sin esperanza de que sus ojos lleguen a ver días de felicidad. San Pablo nos enseña acerca de la evangelización como una urgencia casi

visceral “una necesidad imperiosa “que lo hace exclamar: “¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!”. Es algo incontenible, que brota de un llamado de Dios y una respuesta apasionada del Apóstol. Esta urgencia se expresa o realiza anunciando el amor de Jesús codo a codo con todos, especialmente con los débiles y sufrientes [hacerse “débil con los débiles”, “todo para todos” (1 Cor 9, 22)] por “amor a la Buena Noticia” (1 Cor 9, 23)

No es posible evangelizar si no es desde la cercanía con los hermanos. No se trata de hacer “propaganda” a Jesús o “divulgar” sus milagros. No es lo mismo que volantear los precios de ofertas en supermercados. Se trata de vivir con amor a la Buena Noticia de que el Reino de Dios está cerca porque envió a su Hijo Jesús “a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos” (Lc 4,18). Jesús se acerca a todo dolor, lo toca con ternura, levanta de la postración. 



De Izq. a Der: Mons. Lozano, Mons. Tissera, Mons. Di Monte, Mons. Stöckler

Evangelizar es hacerse cercano a los pobres, a quienes sufren la cruz y hacernos solidarios en el dolor. Cómo supo de la cruz nuestro amigo el Cardenal Eduardo Pironio, de quien hoy se cumplen 14 años de su muerte. El abrazó la cruz en su propia enfermedad y acogió en su corazón de padre y pastor a otros que cargaban con la propia cruz.
La cruz, la esperanza, la pascua, la contemplación, fueron palabras que calaron profundo en su corazón y, meditadas, nos fueron regaladas en sus escritos.

Él fue un hombre de fe. Buen Pastor. Preocupado por servir a su Pueblo. Le tocó estar en muchos lugares. Siempre predicó sobre la esperanza, aun en tiempos difíciles; sobre la alegría y la vida que brotan de la cruz pascual del Señor Jesús.


Le tocó sufrir y mucho. Experimentó la incomprensión de algunos aún inclusive en el seno de la Iglesia que le calumniaron y siempre buscaron poner obstáculos en su camino.

También vivió una dolorosa y larga enfermedad que asumió como participación en la cruz del Señor, ofreciendo sus sufrimientos por amor a la Iglesia.
Se dejó amar a fondo por Jesús. 
Vivió en espíritu de oración y experiencia de encuentro con Dios. Valoró en mucho la amistad. Tuvo un gran Amor a la Virgen, a quién contó como madre fiel.

Al enseñarnos sobre la evangelización decía:

"La evangelización no es una actividad provisoria, circunstancial o parcial de
nuestra vida. Todo en nosotros —nuestra adoración y nuestro servicio, nuestra
ocupación cotidiana y nuestro trabajo apostólico, nuestra alegría y nuestro sufrimiento— es esencialmente evangelizador. 
Somos o no somos evangelizadores; como somos o no somos cristianos”.

La Evangelización es anuncio de la esperanza que sostiene. 

El Cardenal Pironio decía que “la esperanza es caminar juntos. Qué bueno si hoy sentimos que alguien a nuestro lado nos dice: ‘no tengas miedo, no estás solo... ¡caminamos juntos!’. Qué bueno si nos acercáramos a alguien que vacila en su fe, a alguien a quien el dolor oscurece el camino y le decimos: ‘No tengas miedo yo también voy caminando a tu lado’ ”.

Y qué actuales nos resultan hoy estas palabras: “Cuando Jesús quiere enseñarnos a vivir en la esperanza y a superar así los tiempos difíciles, siempre nos señala tres actitudes fundamentales: la oración, la cruz, la caridad fraterna”.


Les decía de su gran amor a la Iglesia como misterio de comunión misionera.

Nos proponía una Iglesia muy cercana a las angustias de la gente, pero con la alegría que nos da Cristo. “Una Iglesia de la cruz y la esperanza, de la pobreza y la contemplación, de la profecía y el servicio”: la “Iglesia de la Pascua”.

En esta Iglesia nos amaba a todos: los jóvenes, los laicos, la Acción Católica,

los religiosos y religiosas, los sacerdotes, los seminaristas...

Es hermoso palpar su amor a la vida: “Te doy gracias, Padre, por el don de la vida. 

¡Qué lindo es vivir! Tú nos hiciste, Señor, para la vida. La amo, la ofrezco, la espero. Tú eres la Vida, como fuiste siempre mi Verdad y mi Camino”.

Nos unimos hoy en oración pidiendo a Dios por su pronta beatificación.

Confiamos esta intención en el corazón de la Virgen de Luján en cuya casa quiso el Cardenal Pironio ser sepultado.
Madre de la Iglesia, Señora de la Pascua, ruega por nosotros.
Amén.
+ Jorge Lozano
Obispo de Gualeguaychú


A 14 años de su muerte, rindieron homenaje al cardenal Pironio

5 de febrero 2012 (Crónica Aica y Diario 9 de Julio)


Santa Misa, Basílica de Luján, año 2012
“Evangelizar es hacerse cercano a los pobres, a quienes sufren la cruz y hacernos solidarios en el dolor. Cómo supo de la cruz nuestro amigo, el cardenal Eduardo Pironio, de quien ayer se cumplieron 14 años de su muerte. «Él abrazó la cruz en su propia enfermedad y acogió en su corazón de padre y pastor a otros que cargaban con la propia cruz”, recordó monseñor Jorge Lozano, obispo de Gualeguaychú, al presidir una misa en el santuario de Luján al cumplirse 14 años del fallecimiento del purpurado argentino.

La Eucaristía fue concelebrada por los obispos Carlos Malfa, de Chascomús; Carlos Tissera, de Quilmes; Rubén Di Monte, emérito de Mercedes-Luján, y Luis Stöckler, emérito de Quilmes, además de asesores nacionales de la Acción Católica Argentina y otros sacerdotes.

“El fue un hombre de fe. Buen Pastor. Preocupado por servir a su Pueblo. Le tocó estar en muchos lugares. Siempre predicó sobre la esperanza, aun en tiempos difíciles; sobre la alegría y la vida que brotan de la cruz pascual del Señor Jesús”, subrayó monseñor Lozano.
Luego de la misa, el ingeniero Rafael Corso, vicepresidente de la Acción Católica Argentina, colocó una ofrenda floral en la tumba del cardenal Pironio, cuyos restos descansan en la nave lateral de la basílica.
El homenaje fue organizado por la Acción Católica Argentina, la vicepostuladora de la causa de beatificación de este siervo de Dios, Beatriz Buzzetti Thomson, y el Instituto Cardenal Eduardo Pironio de la Pastoral de Juventud.
El purpurado argentino había nacido en 9 de Julio y falleció en Roma el 5 de febrero de 1998. En la Iglesia fue una figura reconocida por sus méritos y virtudes.
Sus restos descansan en el santuario mariano de Luján y, desde 2006, está abierta la causa de beatificación.

ROMA 
10° Aniversario del Colegio Sacerdotal Argentino en Roma (2002-2012)
Iglesia Nacional Argentina, 5 de febrero de 2012
Santa Misa presidida por cardenal Zenon Grocholewsky prefecto de la Congregación para la Educación Católica 


Cardenal Zenon Grocholewsky, Cardenal Karlic, Cardenal Sandri

Diario la opinión on line
Rafaela, Santa Fe, Argentina
08/02/2012 
Festejo del Colegio Sacerdotal

El Colegio Sacerdotal Argentino en Roma conmemoró sus 10 años de vida el domingo último, aniversario del fallecimiento del cardenal Eduardo Pironio (1998) con una misa en la Iglesia Nacional Argentina. La concelebración fue presidida por el cardenal Zenón Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica. Lo acompañaron los cardenales Estanislao Karlic, arzobispo emérito de Paraná y titular de esta Iglesia, y Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales.
Junto a ellos concelebraron los obispos argentinos Sergio Buenanueva, auxiliar de Mendoza y presidente de la CEMIN (Comisión Episcopal responsable del Colegio Argentino), Mario Cargnello, arzobispo de Salta y vicepresidente de la CEA, Luis Villalba, arzobispo emérito de Tucumán, Ariel Torrado, obispo auxiliar de Santiago del Estero, y Hugo Barbaro, obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña.
También participaron los sacerdotes miembros del citado colegio, algunos rectores de diversos colegios sacerdotales y un grupo de sacerdotes argentinos que participa en diversos servicios en la Ciudad Eterna. Entre los presentes estuvieron Juan Pablo Cafiero, embajador argentino ante la Santa Sede, y su esposa.

Después del rito inicial de la misa, monseñor Buenanueva expresó su saludo al cardenal Grocholewski y expresó el sentido de la celebración. Antes de la bendición final, el padre rafaelino Antonio Grande, rector del Colegio Argentino, expresó el agradecimiento de la comunidad sacerdotal a Dios y a todos los presentes.
Destacó que hace diez años, el ahora cardenal Karlic, como presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, había solicitado la erección del Colegio Argentino, que fue aprobada por el cardenal Grocholewski, prefecto de la Congregación para la Educación Católica.
Por otro lado, esta mañana los integrantes del Colegio Sacerdotal Argentino participan de la audiencia general del Papa Benedicto XVI en el Aula Pablo VI. Se puede seguir por el canal católico EWTN (Nº 73) en directo a las 6,30 (hora argentina) y se suele repetir a las 22.



  • X ANIVERSARIO DE LA ERECCIÓN DEL COLEGIO SACERDOTAL ARGENTINO

Mons. Sergio O. Buenanueva, obispo auxiliar de Mendoza.
Saludo al cardenal Zenon Grocholewsky, con ocasión de la celebración eucarística por el décimo aniversario de la erección del Colegio Sacerdotal Argentino (Roma, domingo 5 de febrero de 2012) Fuente: Aica

Santa Misa 10° aniversario Colegio Sacerdotal Argentino en Roma
Señor Cardenal Zenon Grocholewski,
Prefecto de la Congregación para la Educación católica:

En nombre de la comunidad del Colegio Sacerdotal Argentino, y de la Conferencia Episcopal de nuestro país, le doy la bienvenida a esta Iglesia que es un rincón de la Patria Argentina en Roma.
Saludo también a los señores cardenales presentes: Leonardo Sandri, Prefecto de la Congregación de las Iglesia orientales, y Estanislao Karlic, Arzobispo emérito de Paraná y titular de esta Iglesia.
Hago extensiva esta salutación a los señores obispos presentes: Mons. Mario Cargnello, Arzobispo de Salta y Vicepresidente de la CEA, Mons. Luis Villalba, Arzobispo emérito de Tucumán, a Mons. Hugo Barbaro, Obispo de San Roque de Presidencia Roque Sáenz Peña y Mons. Ariel Torrado Mosconi, Obispo auxiliar de Santiago del Estero.
Un cordial saludo a la comunidad cristiana de esta Iglesia, a los connacionales aquí presentes, especialmente al Sr. Embajador ante la Santa Sede, Sr. Juan Pablo Cafiero.

*   *   *
El Colegio Sacerdotal Argentino está cumpliendo diez años desde que fuera erigido por la Conferencia Episcopal Argentina, y reconocido como tal por la Santa Sede.
Tiene tras de sí una rica historia que se identifica con la bella arquitectura de este templo, dedicado a “Nuestra Señora de los Dolores en la Plaza Buenos Aires”, y surgido de la piedad de los católicos argentinos que, de esta manera, han querido expresar su vinculación con la Sede Apostólica.
La erección del Colegio Sacerdotal Argentino ha significado un momento culminante de este camino de catolicidad. Su finalidad específica es recibir “a sacerdotes diocesanos de las Iglesias particulares de la República Argentina que desean estudiar en las universidades, ateneos o institutos equivalentes de Roma” (Estatuto, Art. 2).
Así, el “Colegio se propone ayudar a los alumnos a profundizar su formación permanente como sacerdotes, conforme a las líneas trazadas en la Exhortación apostólica Pastores dabo vobis de Juan Pablo II, prestando especial atención a la formación intelectual a través del estudio, en íntima unidad con la formación humana, espiritual y pastoral” (Estatuto, Art. 3).
Estudiar en Roma, para un joven sacerdote, es siempre una hermosa aventura del espíritu. Es la ciudad de la memoria histórica y del arte. Pero es, sobre todo, la ciudad ennoblecida por la sangre de los Apóstoles Pedro y Pablo, en la que se puede percibir, como en pocos lugares, el misterio mismo de la Iglesia, del ministerio petrino del Santo Padre y de la Tradición viva del Evangelio.
El desafío fundamental de un sacerdote que estudia en Roma es escuchar la voz del Buen Pastor que habla, de manera incisiva y elocuente, en la voz de la Iglesia. Es un desafío de hondo calado espiritual, a la vez que científico y cultural.
Valen aquí, y de manera especial, las advertencias del Santo Doctor de la Iglesia, San Buenaventura: “No crea nadie que le basta la lectura sin la unción, la especulación sin la devoción, la investigación sin la admiración, la circunspección sin el regocijo, la pericia sin la piedad, la ciencia sin la caridad, la inteligencia sin la humildad, el estudio sin la gracia divina, el espejo sin la sabiduría inspirada por Dios”[1].
*   *   *

La figura luminosa del Siervo de Dios, el cardenal Eduardo Francisco Pironio, de quien hoy se cumplen catorce años de su Pascua, nos ofrece un magnífico punto de referencia para el Colegio Sacerdotal Argentino y la comunidad de presbíteros que la conforma.

Pasión por Cristo y su Evangelio. Pasión por la Iglesia, amada con un amor más grande que el amor a sí mismo, en palabras del Beato Juan Pablo II.

Pasión por la fe apostólica, que confiesa Pedro y, por eso, amor entrañable al Papa y fidelidad a su Magisterio. Pasión por la “scientia fidei”, aprendida de rodillas y enseñada con arte y disciplina.

Pasión por los hombres, especialmente por los pobres y sufrientes, a quienes, de manera privilegiada, va dirigido el anuncio de la esperanza cristiana.

Pironio encarnó esta pasión profundamente evangélica por el Dios amor y su obra de salvación. Su vida es fuente de inspiración para nosotros.

Señor Cardenal, queridos hermanos: que la celebración eucarística que estamos iniciando encienda nuestro corazón al escuchar la Palabra y partir el Pan de vida que es Jesucristo.


Mons. Sergio O. Buenanueva 
obispo auxiliar de Mendoza 
presidente de la Comisión Episcopal de Ministerios

[1] San Buenaventura: Opera omnia, V, Quaracchi, 1891, p. 296




Décimo aniversario del Colegio Argentino en Roma

Las conferencias que el P. Carlos María Galli desarrolló en significativos centros educativos eclesiales en Roma completaron la conmemoración de los 10 años del Colegio Sacerdotal Argentino. Dichas actividades se habían iniciado con la misa concelebrada presidida por el cardenal Zenón Grocholewsky en el aniversario del fallecimiento del cardenal Eduardo Pironio. Seguida de la participación de la comunidad del Colegio Argentino en la Audiencia General del Papa Benedicto XVI el pasado 8 de febrero.
Roma, 14 de marzo de 2012.
Padre Antonio Mario Grande
Rector del Colegio Sacerdotal Argentino en Roma




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